vicitas!

miércoles, 29 de agosto de 2012


¿Sabes en que pienso? Pienso en la primera vez que nos vimos, que nos empezamos a conocer, que no fui como esperabas, que las cosas no se dieron como planeé, que por mas que quiera ignorar lo que me pasa me duele por dentro. Me duele lo que nos pasó. Pienso que arruine todo, que no ayude mucho a que me conocieras. Tal vez te quede debiendo besos, tal vez no. Pero siempre te dije que el conocerse no implica solo besarse, también se trata de alguien con quien sabes que podes hablar y abrazar si así lo sentís. No eras para mi, y aun así, te quiero.

lunes, 27 de agosto de 2012

El destiempo es una ironía.


Todo llega dicen, y es verdad, el problema no es si llega, sino, cuando llega.
 A veces las cosas llegan cuando ya es tarde. Otras veces lo que esperas
llega antes, cuando no estás listo. Todo tiene su momento, antes o después
de ese momento nada prospera.
El destiempo son dos calles que nunca se cruzan. El destiempo es llegar
cuando la fiesta terminó. El destiempo no es solo que algo te llegue tarde,
 es también llegar tarde a eso. Es no tocar a tiempo la nota justa. El
destiempo es perder el tren. El destiempo es un perdón que llega tarde.
El destiempo es como una fruta verde, amarga.
Cinco segundos antes puede ser el momento ideal, cinco segundos después
 el peor momento. El destiempo es un desencuentro. Es sabiduría que llega
cuando ya no la necesitas. El destiempo es una tarde fría en verano. Es lo
 opuesto al lugar y la hora indicada. El destiempo es una discusión entre
 sordos.
El destiempo es una ironía.


A veces vas por la vida creyendo que estás despierto y de pronto pasa algo inesperado, algo que te sacude, algo que te despierta.
¿Hay algo capaz de despertarnos del sueño más profundo que es dormir despiertos? Es paradójico, pero creo que no hay mejor despertador que un sueño.
Cuando sos chico tenes algo muy claro, tu juguete preferido es tuyo, si ves que alguien lo quiere sin dudarlo decís “es mío”. Defendes con uñas y dientes lo tuyo, tu juguete, tu lugar, tu novia, pero siempre aparece alguien que viene a disputártelo. Puede ser otra persona o incluso el recuerdo de otra persona, donde había dos ahora hay tres y ya estás en una competencia.
La competencia tiene mala prensa, creemos que ser competitivos es un defecto, nunca una virtud ¿pero no es cuando no tenemos competencia cuando dejamos de crecer?
El problema de la competencia, creo yo, es la falsa creencia de que para que alguien gane otro tiene que perder, para que alguien exista otro tiene que desaparecer.
Olvidarte que nada es tuyo y que todo lo podes perder te puede dormir, se necesita un buen sueño para despertarse.
Se necesita un buen competidor para mantenerse despiertos y crecer. No hace falta que otro pierda, la verdadera competencia es cuando todos de alguna manera ganan algo.
No hay garantía de que el sueño vaya a cumplirse, eso te hace esforzarte para ser mejor, para que elegirse sea algo de cada día. De lo que si hay garantía es que si aspiras a ser mejor no hay manera de que no lo seas.

Por qué nos cuesta tanto ver de verdad?


Vivimos viendo sin ver. ¿Por qué nos cuesta tanto ver de verdad? Ver lo que es tan evidente. Somos curiosos, queremos ver, ver todo ¿Pero estamos preparados para ver de verdad lo que hay para ver?
Todo lo que tenemos que ver está ahí, siempre está ahí a la vista, lo importante nunca está oculto, solo se trata de querer verlo.
Cuando queremos podemos ver con los ojos, con la nuca, con el alma, ver hasta lo invisible.
Ver, verte, verme ¿podes verme, puedo verte? Estoy acá, estás ahí, si queres podes verme, solo tenes que querer. Estás vivo y solo debes despertar ¿Podes? ¿Queres?

jueves, 16 de agosto de 2012



Lo que intento decirte es que entiendo lo que es sentirse el ser más pequeño, insignificante y patético de la humanidad y lo que es sentir dolor en partes del cuerpo que ni siquiera sabías que tenías. Y da igual cuántas veces te cambies de peinado, o a cuántos gimnasios te apuntes, o cuántos vasos de Chardonnay te tomes con las amigas, porque sigues acostándote todas las noches repasando todos los detalles y preguntándote qué hiciste mal o qué pudiste malinterpretar. Y cómo puñetas en ese breve instante pudiste pensar que eras tan feliz. A veces incluso logras convencerte de que él verá la luz y se presentará en tu puerta. Y después de todo eso y aunque esa situación dure mucho tiempo, vas a un lugar nuevo y conoces a gente que te hace recuperar tu amor propio. Y vas recomponiendo tu alma pedazo a pedazo, y toda esa época difusa, esos años de tu vida que has malgastado, empiezan por fin a desvanecerse.


jueves, 9 de agosto de 2012

Cuando pierdes tiempo al teléfono, cuando los minutos pasan sin que te des cuenta, cuando las palabras no tienen sentido, cuando piensas que si alguien te escuchara creería que estás loco, cuando ninguno de los dos tiene ganas de colgar, cuando después de que ella ha colgado compruebas que lo haya hecho de verdad, entonces estás perdido. O mejor dicho, estás enamorado, lo que, en realidad, es un poco de lo mismo... 
Es el momento de escribirte lo que nunca fui capaz de decirte, aunque sea tarde, escribir lo que ha sucedido en una carta que no te voy a mandar. Que no vas a recibir nunca. Que como tu me enseñaste, cuando acabe de escribirla la quemaré, los sentimientos se pondrán a arder, y ese dolor, cómo era... Ah sí, ese dolor no se te queda tan dentro. Esta vez solo quiero ser claro, sería un imbécil si no gritara que me he equivocado, desde el principio, contigo. He intentado avanzar sin apartar antes las cosas que lo impedían, agarrado al pasado, mirando para atrás, queriendo olvidar pero sin parar de recordar, empeñado en quedarme ahí. Qué locura no? En medio de un lado y del otro, sin perdonar, sin perdonarme, sin avanzar. 
Dónde está el secreto del futuro? Puede que esté en fijarse bien, en avanzar, mirar más cerca. Más. Tan cerca que lo borroso se vuelve nítido, se vuelve claro. Solo hay que dejar que las cosas pasen. Y ahora lo tendría claro. Aunque ya no depende de mí. Te quiero.

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